
Defendemos la fe y a Su Santidad el Papa Francisco, la familia, el matrimonio entre hombre y mujer, la vida, la maternidad, y esencialmente como consecuencia obligada de todo ello la Mujer,cualquiera que sea su estado civil o raza, haya sido madre o no, se encuentre sufriendo por haber abortado o padezca el síndrome post-aborto, porque les tendemos una mano de amigas.Twitter: @terecordoba
viernes, 4 de octubre de 2024
Las hijas del Gran Capitán Beatriz y Elvira
Gonzalo Fernández de Córdoba fue padre de dos niñas, Beatriz (quien falleció muy joven, soltera) y Elvira, una era rubia y otra morena que fue quien le ha dado una gran descendencia.
Es conocido el gran cariño que tenía por sus hijas, y como protegió su nombre y dignidad como mujeres, igual que la de sus dos mujeres, su primer matrimonio lo contrajo siendo muy joven con su prima Isabel de Sotomayor por lo que necesitó permiso del Papa, y el segundo ya viudo con María Manrique de Lara que fue Dama de la Reina Isabel la Católica.
Gonzalo quedó huerfano de padre con dos años, y de madre con cuatro años. Fue educado por su abuela Doña Ana (hermana de la madre del Rey Fernando el Católico) quien le inculcó los valores morales católicos con los que destacó durante toda su vida en sus valientes y ejemplares gestas. El Rey Fernando el Católico escribió de su puño y letra, cuando falleció el Gran Capitán un grueso libro de pergamino dirigido a su viuda que comienza con la frase "querida prima", Duquesa de Sessa donde ensalzó las grandes virtudes de Gonzalo, se conserva en la Biblioteca Nacional.
Elvira viajó a Nápoles y forma parte de un papel reflejado en una obra de teatro muy conocida en Italia, "Héctor Fieramosca" escrita por Massimo Taparelli, donde se narra "El Desafío de Barletta" sobre una contienda que existió entre capitanes italianos y españoles.
Hay un Restaurante muy conocido en Roma que se llama Fieramosca y recuerda esta historia.
Roma está hermanada con Segovia y tiene un monumento muy cercano al Acueducto con La Loba que crió a los hermanos Rómulo y Remo que lo recuerda, Gonzalo acompañó protegiendo a Isabel La Católica cuando fue Coronada en el Atrio de La Iglesia de San Miguel como Reina de Castilla.
Dios es quien mueve los hilos de la Historia y decide sobre ella.
El Cuartel del Gran Capitán en la ciudad española de Melilla en el norte de África nos sigue recordando a Gonzalo Fernández de Córdoba y los valores inculcados en el ejercito español, siempre leal a su juramento a los Reyes Católicos y personaje esencial en la unidad de España, a quien admiraba el enemigo vencido porque la victoria le hacía cada vez más humilde y misericordioso.
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